La Historia de la Agricultura por el mundo entero…

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Tenemos para ustedes la Historia de la Agricultura que nos brinda un conocimiento muy grande en cuanto a que ha sucedido en el oriente lejano y en Europa finalizando en nuestra america. Esta historia esta compartida desde la pagina de Agronomos http://agriculturers.com  la cual tiene mucha informacion con respecto a la agronomia.

esperamos que les sea de gran utilidad el conocer que ha sido de la agricultura atravez de los tiempos.

El primer capítulo trata de los Orígenes de la Agricultura.

Primera Parte del libro de Mark B. Tauger

(Neolítico, Edad Antigua y Medievo)

El profesor Mark B. Tauger hace en este libro, que a continuación resumimos en varias entregas, un retrato coherente, dimensionado y asimilable, del papel de la agricultura en la historia de los diferentes pueblos del planeta. No entra en detalles minuciosos porque se trata de un compendio, pero llega hasta el nivel preciso para entender los conflictos que la explotación de la agricultura ha ido generando y genera en las sociedades.

Esta primera parte se centra en los capítulos dedicados a la protoagricultura y agricultura neolítica, en la Edad Antigua, y en la Edad Media hasta el siglo XV, en Occidente y en Oriente, incluidas las Américas y África.

Enmarca este origen en el estado de las colectividades humanas en el Paleolítico y en el estado de la climatología del planeta. Testimonios recogidos en el Próximo Oriente muestran que los humanos empiezan a recoger cada vez más plantas y cereales hace 23.000 años; Tauger designa este fenómeno como The Broad Spectrum Revolution, que podíamos traducir como la “Prolongada Revolución Agraria”, un larguísimo proceso en el que se enmarca la protoagricultura, que practicaban las hordas de recolectores y depredadores según les convenía.


El salto adelante de la “Prolongada Revolución Agraria” se produce con la domesticación. Es simultánea en diferentes lugares del planeta. Los animales son más pequeños que los ancestros de los que proceden. El cultivo agrícola se difunde por todo el Mediterráneo a partir del 8.000 a.C. Sobre el año 7.000, se encuentran cultivos y aldeas en el Norte de Europa.

Un fenómeno que influyó en el distinto desarrollo de la agricultura en el planeta es el llamado Younger Dryas, fase de enfriamiento climático a finales del Pleistoceno. En China, por ejemplo, afectó menos; su suelo llano y fértil por el loes, y bien regado por grandes ríos, permitió el desarrollo de la protoagricultra hacia 12.000 a.C.

Con la sustitución de la recolección por la agricultura las condiciones físicas de los seres humanos (menos robustos que los recolectores) se hicieron más vulnerables a la enfermedad. ¿Por qué se produce, entonces, el salto a la agricultura?

El profesor Tauger, citando a Colin Trudge, asegura que los agricultores tenían más oportunidades que los recolectores cuando se extinguían la caza y los frutos silvestres. Los recolectores solo se centraban en el cultivo cuando no tenían caza ni frutos, luego, volvían a su costumbre. Pero la agricultura también provocó un incremento de la población infantil sobreviviente. Prueba textual, el desprecio de los pastores bíblicos (y Gilgamesh) hacia los agricultores: Caín y Abel, Esaú y Jacob.

También menciona Tauger la tesis del polemista Jared Diamond: la agricultura es el peor error en la historia de la raza humana. La agricultura, dice Diamond, viene acompañada de epidemias, malnutrición y hambrunas. La sociedades agrícolas subsisten porque dividen a la sociedad en clases sociales; los campesinos eran la más baja, y facilitaban la vida a una elite de explotadores gobernantes y sacerdotes; los campesinos proveían de soldados a estas sociedades que se dedicaron a expulsar de la tierra fértil a los recolectores y cazadores.

El arte, la ciencia, al tecnología y la vida urbana no constituyen un progreso de la humanidad, dicen los partidarios de la tesis de Diamond. También aseguran que el cambio a la agricultura supuso la servidumbre y la subordinación de la mujer. Algunos académicos reclaman el regreso a una sociedad de cazadores y recolectores. Esto nos volvería más pacíficos y en armonía con la naturaleza.

Cabe preguntarse, pues, propone Tauger, ¿por qué se desarrolla la agricultura si era una solución fallida?

La jerarquización y el clasismo son hechos irrebatibles con el establecimiento de la agricultura, pero ¿cómo se las ingeniaron las elites para someter a los agricultores?

La teoría de Tauger es la doble subordinación

Por un lado, los agricultores dependen del variable e impredecible medio ambiente, esto les ha estimulado para cambiar y adaptar sus cosechas y ganadería.

Por otro, los agricultores han sido el sujeto de explotación de elementos ajenos a sus tierras, autoridades urbanas, reyes, ejércitos, recaudadores, bancos y mercados.

Estos elementos tienen limitaciones propias y contradicciones. Los poderosos se aprovechan de los campesinos, pero viven de ellos y no tienen más remedio que auxiliarlos cuando las cosas vienen mal, malas cosechas, pestes, etc. Las catástrofes naturales no afectan solo a los campesinos, sino a toda la sociedad, que vive de ellos.

Desde el punto de vista agrícola, la civilización supone el dominio de la ciudad sobre la aldea, de los urbanitas sobre los aldeanos. La civilización depende de la “captura” del campesinado, a veces hostil a veces amable.

El libro describe, en el sentido más amplio “las crisis medioambientales crónicas que han sido la mayor plaga de la agricultura, y también la formación de los sistemas serviles agrícolas en la mayoría del planeta. Luego perfila el proceso rápido y acelerado de emancipación y del desarrollo tecnológico moderno que han eliminado muchos rasgos tradicionales de la doble subordinación”.

Concluye este capítulo Tauger señalando las tres grandes razones por las que la agricultura es la base de la civilización.

-La civilización la necesita para su supervivencia.

-Los agricultores son un amortiguador social, porque son los que reciben el peor impacto en los desastres naturales y están a obligados a superarlos para sobrevivir.

-Los agricultores han sido siempre la clase social más baja, pero constituyeron el grupo social más grande en la producción de bienes.

El segundo capítulo se centra en la agricultura en la antigüedad. Los primeros grandes conflictos sobre la tierra y la libertad.

Hacia finales del cuarto milenio e inicios del tercero se observan en varios lugares del planeta sociedades con sofisticadas jerarquías sociales,urbanas y rurales. Muchos de los trabajadores del campo eran esclavos. Es el denominado por Marx sistema esclavista de producción, hoy discutido académicamente.

Al parecer, la mayoría de la población activa rural se componía de pequeños agricultores con tierra propia que contribuían al sostenimiento del estado con impuestos en especie. Aunque la escasez de fuentes no nos permite saber cómo, con el paso del tiempo, el sometimiento de estos agricultores a un poder central es efectivo en Mesopotamia, Egipto y el Sur de Asia. Mientras tanto, en Grecia, Roma y China aparecieron poco a poco grandes propietarios. Estos terratenientes se las ingeniaron para someter a los pequeños agricultores. Estos se resistían, y aparecen legisladores que intentan equilibrar la situación, del tipo Solón en Grecia o los hermanos Graco en Roma.

Tauger se toma el trabajo de diferenciar cada uno de estos casos, Atenas de Esparta, y entra en los detalles suficientes para avalar su tesis de la doble subordinación del campesinado, al clima y al poder.

Señala que Roma es el escenario en el que se producen las primeras luchas por la reforma agraria. Básicamente el mecanismo era cancelar las deudas contraídas por los pequeños agricultores, que se convertían en siervos de quienes les habían prestado el dinero o acaban en la esclavitud. La legislación al efecto tenía repercusiones, pero no cambiaba el sistema de propiedad, que favorecía siempre a los más ricos y poderosos, dispuestos a utilizar la violencia para que no cambiaran las cosas.

Roma empieza siendo una república de pequeños agricultores y termina siendo un imperio colonialista en manos de grandes latifundistas. El papel de los campesinos en este proceso es analizado con claridad por Tauger, señalando el papel de legitimidad clave que tuvo el ager publicus, el terreno agrícola público obtenido en las conquistas y considerado propiedad de la República, no de personalidades poderosas. Hace un análisis de la esclavitud, dejando claro que no era tenía una sola forma, sino que había una variedad de estatus en la sociedad, siendo el trabajo agropecuario el menos cruel.

La reforma agraria propiciada por los hermanos Graco fue consecuencia del fracaso de una distribución hecha décadas antes, a comienzos del siglo II a.C. Se repartieron un millón de yugadas a cien mil propietarios, entre soldados y colonos. Matanzas y persecuciones fueron el resultado del intento de los Graco, a quienes su audacia costó la vida, pero sus leyes se mantuvieron e hicieron algún efecto. También se debió a que ciertos cónsules victoriosos o dictatoriales, al estilo de Sila o de Julio César, distribuyeron tierra entre los soldados de los que se habían servido para obtener el poder.

El panorama dramático de la República romana cambia en los tiempos del Imperio. Hay muchos pequeños agricultores libres, y los latifundios no solo emplean esclavos, sino un gran número de siervos. Este panorama constituye la base del sistema agrario de la Baja Edad Media.

Los lectores interesados en el tema, pueden encontrar en el libro del profesor Tauger acertados análisis de las diferentes partes del Imperio, con explicita mención de las consecuencias que cada fenómeno estudiado tuvo en su territorio.

Analiza luego el caso de China. Al igual que en Grecia y en Roma, la historia sigue un mismo proceso: pequeños agricultores que pierden sus tierras en beneficio de grandes propietarios. Enel caso de China, las rebeliones y desórdenes fueron mayores que en otras partes del mundo debido al impacto de las catástrofes naturales, sequías, inundaciones de los grandes ríos, monzones irregulares. Siempre había una parte del inmenso imperio chino sometido a una desgracia natural, a demás de las impuestas por la codicia de los grandes señores y de los recaudadores de impuestos. En la dinastía Han se produjeron dos deposiciones violentas de emperador.

Según datos documentados, entre el año 200 a.C y 1911, fecha de la desaparición del imperio, hubo 1.800 hambrunas determinadas por catástrofes naturales. Algunas de estas eran efecto de la manera de cultivar: deforestar, lo que conducía a la erosión de un terreno predispuesto a las inundaciones por los monzones y los grandes ríos. La contrapartida es un sistema de irrigación bastante eficaz, promovido desde el poder.

Tauber distingue dos territorios en China, uno al norte, más seco, y el sur, húmedo, donde el cultivo del arroz se desarrolla pronto. Entre el año 1000 y el 600 a.C. la mayoría de los agricultores dependían de grandes señores en un sistema que puede considerarse de servidumbre. Las fuentes históricas permiten deducir que el sistema de propiedad agraria en China en aquellos tiempos precede al sistema feudal europeo de la Edad Media.

Un caso curioso para los modelos europeos es el gobierno de la dinastía Qin, que crea el primer imperio chino hacia el 200 a.C. Los Qin se dedicaron a suprimir autoridades intermediarias que exprimían a los agricultores, llegando incluso a ejecutar a miles de señores poderosos. Pero el emperador Shih Juang-ti impuso a los campesinos exigencias en especie y en dinero para construir sistemas de irrigación más pesadas que las que exigían de ellos los señores asesinados. Los agricultores se sublevaron y acabaron con la dinastía.

La dinastía Han que la sucedió intentó ser más cauta con los pequeños agricultores. Pero los grandes propietarios no tardaron en hacerse con la tierra. Un intento de reforma agraria por parte del emperador Wang Mang a inicios de la era cristiana en occidente fracasó a causa de una súbita desviación del río Amarillo que causó una catástrofe de las que se suelen llamar “sin precedentes”.

También igual que en Roma los cónsules republicanos y los emperadores distribuían grano entre el pueblo menesteroso, en China el imperio creó sistemas parecidos para auxiliar a los campesinos afectados por catástrofes como las plagas de langostas o las inundaciones. Pero no siempre eran efectivos.

Los chinos son los primeros en emplear bueyes y arado de hierro. Los beneficios de esta novedad dan lugar a perjuicios, como es el agotamiento más rápido del suelo. En cualquier caso estos avances solo afectaban a los grandes propietarios, capaces de reunir el capital necesario para la transformación tecnológica.

Concluye Tauger que en cada zona del planeta, los agricultores se han enfrentado a los mismos problemas causados por la doble subordinación (al clima y al poder), pero de un modo propio, también debido a la diferencia climática: el Mediterráneo es más estable, pero mas seco, Extremo Oriente está sometido a los monzones, con consecuencias harto más catastróficas.

La actitud del Poder en Roma fue más considerada hacia los agricultores que en el imperio Chino. Pero si bien Roma hizo “avances” hacia la reforma agraria mayores que en China, los programas de auxilio a agricultores víctimas de catástrofes fueron más extensos en China.

El capítulo tercero trata de la Agricultura en el periodo post-clásico.

Para Tauger comprende entre el año 500 y el 1450. Un marco que se sale de los tradicionales en la historia de Occidente, pero que resulta útil.

Esta época se distingue por los siguientes aspectos: la decadencia del imperio bizantino en Europa Oriental, el establecimiento y decadencia en Europa Occidental del sistema feudal de dominios agrarios, la transferencia a Occidente vía expansión musulmana de cultivos asiáticos, y la adopción en China de los cultivos intensivos para contrarrestar a los desastres en las cosechas y las hambrunas.

El óptimo medieval es el término que utiliza el autor para designar el periodo en el que la agricultura se desarrolló con mayor intensidad en Europa. En el cambio del siglo IV al V, el clima global del planeta sufrió un calentamiento gradual e intermitente que culminó con el periodo cálido medieval considerado el óptimo. Este se produjo en tres periodos de 30 a 40 años entre los siglos XI y XIII, en especial en el hemisferio norte.

En ese momento la placa de hielo en el Polo Norte estuvo a punto de deshelarse. Es la época en la que los pueblos escandinavos colonizan Groenlandia (llamada así porque podía cultivarse) y llegan incluso a la parte más septentrional del continente americano. En Inglaterra se puede cultivar uva. Las sequías y las inundaciones fueron en este periodo menos dramáticas. En China se inicia el cultivo de cítricos y otras plantas cálidas.

En Europa Tauger distingue dos regiones, la mediterránea del antiguo Imperio Romano y del Imperio Bizantino y la que se extiende al norte y al occidente, donde se acaba imponiendo el sistema feudal de dominios agrarios propiedad de una casta aristocrática, cultivados por siervos y hombres libres.

El imperio Bizantino resistió mejor la destrucción del imperio de occidente, y mantuvo un sistema agrario eficiente donde había cantidad de pequeños propietarios que cultivaban cereal, aceite y ganado, así como grandes latifundios, que poco a poco se fueron haciendo con la tierra de los libres gracias a los desastres naturales que arruinaron a muchos campesinos pobres, a pesar de que los emperadores intentaron auxiliar a los desfavorecidos.

Los pequeños agricultores con tierra propia en el año 1200 ya estaban por debajo de los que cultivaban tierra de grandes propietarios. Esta ruina en cierto modo, vine a decir Tauger, propició el hundimiento del imperio, conquistado en 1453 por los turcos musulmanes; la razón pudo haber sido el debilitamiento del ejército imperial, constituido por campesinos, que no tenían el menor interés en sostener unsistema que les perjudicaba. Si se me permite la interpolación, algo parecido a lo que ocurrió en la Hispania visigótica, donde los campesinos estaban tan hartos de las arbitrariedades y expolios de la nobleza, que se acomodaron a tener nuevos amos, si bien el curso es diferente y más largo; como sostiene el profesor González Ferrín, no hubo una invasión árabe ni musulmana a la península ibérica en el silgo VIII, sino un largo y complejo proceso de islamización (Europa entre Oriente y Occidente, Córdoba 2009).

En Europa occidental se desarrolló el sistema agrario feudal (“manorial system”). Los cereales empezaron a venderse en los mercados, los cultivos se combinaron con la ganadería, y el sistema agrario medieval se consolidó. Tecnológicamente, en el siglo VI se introdujo el arado con vertedera, en el IX se inventó un arnés más eficaz para las caballerías y las herraduras, y se iniciaron los cultivos en rotación doble, siembra y barbecho, y posteriormente la triple rotación, con siembras de primavera y verano, y barbecho de otoño. Estos avances no fueron continuos, costaron siglos. Los siglos V y VI fueron de plagas, y el VII de desastres naturales y hambrunas. Muchos campesinos libres cedieron sus campos a los acreedores y se convirtieron en siervos.

La inestabilidad meteorológica, las invasiones y las guerras dieron fuerza al sistema feudal en el que los campesinos buscaban la protección de los señores preparados para el combate. En el actual territorio de Francia se extendió el sistema de mansos, parcelas de un conjunto habitable o aldea señorial, cultivados por pequeños agricultores libres pero no siempre propietarios. La tierra de los mansos se redistribuía periódicamente a las familias necesitadas. Poco a poco se impuso la herencia privada de tierras, que en principio eran colectivas. Esto impulsó, según Tauger, la modernización agrícola.

Los campesinos podían ser libres, siervos o esclavos, estos últimos muy pocos. Tauger calcula que entre un 10 y un 80 por ciento de la población rural del siglo IX estaba sometida al sistema servil, según zonas.

Los campesinos componían un grupo social muy complejo. Los villanos eran los poseedores de pequeños terrenos. Los hombres hacían los trabajos duros del cultivo, y las mujeres cultivaban huertos par el autoconsumo de verduras, además de ocuparse de la casa, la indumentaria y los niños. La servidumbre campesina resulta un concepto difícil de precisar, podían ser esclavos u hombres libres viculados a un señor poderoso al que trabajaban su tierra particular o demesne.

El Alto Medievo fue próspero porque coincidió con el óptimo climático hacia el siglo XIII. El terreno cultivable se expande en toda Europa, roturando, deforestando y arrebatándole agua al mar mediante polders. También se produce la expansión germana hacia la llanura de Pomerania, Drang nach Osten, Polonia y los países Bálticos. Ello es consecuencia del incremento demográfico por el buen clima y las buenas cosechas. El uso del arado de hierro, el arnés perfeccionado, las herraduras y el cultivo de triple hoja se generaliza. Poco a poco el sistema de servidumbre se va desmantelando. La nobleza prefiere que sus arrendatarios paguen en metálico y no en especie para costear su tren de vida, y facilitan la vida de los agricultores.

El final del Medievo comienza en el siglo XIV con hambrunas, frío extremo y grandes lluvias. La actividad guerrera decrece porque no se podía luchar a campo abierto por las inundaciones. Muchas cosechas se malogran. Dice Tauger que hasta los nobles tuvieron que restringir su derroche alimentario. Curiosamente, el precio del cereal se mantuvo, gracias a las importaciones masivas de grano del imperio Bizantino y de la estepa ucraniana y rusa.

El comercio agrícola se vuelve rentable, pero los mayores movimientos de barcos y carretas introducen la peste negra en Europa. La producción se especializa por regiones. La ganadería se robustece, Tauger pone como ejemplo la Mesta castellana, que produce lana para la naciente industria textil. La nobleza nórdica introduce la piscicultura, que produce pescado salado y ahumado, y lo vende lejos de sus dominios.

Las hambrunas, las plagas y las catástrofes naturales favorecen los derechos de los campesinos cuando los mercados se van recuperando.

La agricultura en el islam sigue al principio de la expansión musulmana las pautas de los territorios que van conquistando. Los califatos Omeya y Abasida mantienen los impuestos del imperio persa para los agricultores. La deposición de la dinastía Omeya (uno de cuyos supervivientes desembarcó en Alándalus ys hizo emir, Abderramán I) se debió, según Tauger a que muchos conquistadores árabes de la antigua Persia se dedicaron a la agricultura, dependientes de los ricos señores persas convertidos al Islam (o no), y cayeron en la pobreza. En las primeras fases del califato, muchos campesinos eran propietarios de las tierras que cultivaban. Introdujeron productos cultivados en Asia y en África, como la caña de azúcar, el sorgo el trigo duro, los cítricos, los plátanos, las berenjenas, las alcachofas, las espinacas y otros. Como estas cosechas requerían mucha agua, se promovió la irrigación, aprovechando la existente y mejorándola.

También varió el sistema de cultivo. En el Mediterráneo, Egipto y Oriente Medio se plantaban cereales y legumbres en otoño y se recogían en primavera. Con la irrigación, empezaron a plantarse cosechas de primavera. Ejecutaban rotaciones de estas plantas de crecimiento rápido, pero sin barbecho. Los musulmanes crearon una economía de mercado próspera, y los más ricos acumularon el capital suficiente para invertirlo en sistemas de regadío y en grandes huertos de frutales. La población se incrementó notablemente. Bagdad tenía en ese tiempo un millón de habitantes. Tauger no habla de Alándalus, cosa que es una lástima, porque la agricultura en la zona sur de la península Ibérica era muy rica y variada, gracias, entre otras cosas, a la irrigación. Dice, sin embargo, que la conquista cristiana en Castilla y en Sicilia produjo un retraso tecnológico en la agricultura, al expulsar a los que sabían cultivar la tierra.

Poco a poco los musulmanes cayeron en el mismo vicio que los cristianos europeos: dar lugar a una pequeña clase de propietarios que explotaban a la mayoría de los agricultores. En Mesopotamia se abandonaros muchos regadíos, y se produjo un despoblamiento.

Los cristianos europeos aprovecharon las técnicas y las cosechas introducidas por los musulmanes, y le sacaron gran rendimiento, debido a su sistema de rotaciones. El autor dice que la Reconquista hispana expulsó a los musulmanes y a sus sistemas agrícolas e introdujo formas europeas. También menciona la expulsión de los judíos y de los moriscos (en el siglo XVII, esta última) como fenómenos que dañaron la agricultura española.

Crisis e innovaciones en China. Las sucesivas dinastías que gobernaban China durante la llamada Edad Media Occidental se atuvieron como las anteriores a los desastres naturales frecuentes en esa zona del planeta. Se introdujeron variedades de arroz que maduraban antes de que les perjudicaran los monzones, y muchos campesinos del norte del imperio emigraron al sur a causa de las invasiones y las crisis agricolas. El imperio Wei de occidente, para contrarrestar el poder de los señores, creó un ejército de campesinos autosuficientes que duró, intermitentemente, hasta el siglo XVIII.

La dinastía Sui explotó al máximo a los campesinos para construir un Gran Canal y para restaurar la Gran Muralla. El gobierno compraba grano a los campesinos en época de buenas cosechas y lo almacenaba para repartirlo cuando las cosas venían malas. Los gobiernos imperiales intentaban defender a los agricultores pobres de las expropiaciones ilegales realizadas por los señores, pero no siempre lo conseguían, y a veces les costaba el poder. Dice Tauger que la administración imperial ofrecía préstamos a los agricultores pobres para recuperar sus tierras, e incluso procuraba educarlos tecnológicamente. No obstante las hambrunas se sucedieron, provocando millones de muertes.

Asegura Tauger que en determinadas partes de China se desarrolló un sistema de producción agraria parecido al feudal en Europa, con siervos y campesinos libres pero atados a la tierra que cultivaban.

Servidumbre, libre cultivo y transformaciones agrícolas en el Medievo.

Tauger observa una gran transformación en el sistema de doble subordinación (al poder y al clima) durante los mil años de este periodo convencional. Los conflictos entre pequeños agricultores en busca de autonomía y subsistencia, y grandes propietarios se hicieron crónicos. Los poderes centrales intentaron proteger a los pequeños, con poco éxito, entre otras cosas porque los gobernantes eran siempre aristócratas privilegiados. Una de las fórmula fue militarizar a los agricultores, como en el caso mencionado de China y el no mencionado por Tauger de la Reconquista Castellano Leonesa.

Los desastres naturales fueron más frecuentes en China y en Bizancio que en Europa Occidental. China es el primer país donde se utiliza de modo generalizado la tecnología, con la introducción del arroz temprano, lo que produjo la expansión del imperio y de la población. Los productos y la explotación agraria musulmana sentaron las bases para el complejo de plantaciones desarrollado siglos después en Europa y en las Américas. En Europa se produjo una especialización de cultivos en granjas que también se dedicaban a la ganadería, mientras que los cereales se importaban.

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